lunes, 15 de noviembre de 2010

fragmento

Fue hacia atrás en sus recuerdos, los desenredó uno a uno como si formaran una madeja. Un sin fin de falaces pieles cayeron derrotadas, hasta que finalmente logró salirse de su ser. Miró en el vidrio de la ventanilla, el que había sido su rostro y entendió que ya no se recordaría. Por primera vez fue conciente de ser capaz de separarse de sí. Los ojos del cuerpo que hubo de pertenercerle no podían ahora reconcerla. Supo que era libre, sin embargo aún respiraba su conciencia.