jueves, 30 de junio de 2011

frag. III

se había extinguido durante su infancia.
desde ese momento solo vivía como un epílogo, una coda.
como en esos sueños en los que quería gritar y la voz no respondía; así, en el mismo silencio espectral se quemaba.

le sobraba vida, y eso no era poco.