de mi

Quiere decir y sin embargo calla. Se busca los pies embarrados en sangre ajena. Los sueños solo le devuelven las reminiscencias del fracaso. Se derrama, de a ratos, teme perder la hidratación. El tiempo se desmide, brazada tras brazada, lo sabe profundo, corrompido, recurrente. Se mira las manos, hundiéndoseles en la desidia perenne. Su única seguridad, la cobardía.

Esta, mi mediocridad nocturna. Minada de retratos, obsesiones, miniaturas. La intermitencia acelerada de mis pulsaciones.El terror ciclópeo acechante, mirándome de cerca, especulando el embate final que no dará nunca a causa de mi precaria vida.