domingo, 4 de agosto de 2013

"Te escribo:
Nunca hube de encontrar una sola palabra que te retuviera. Mi espalda es la que me infama todo el tiempo. Mi mano me obedeció con brusquedad, mis ojos se nublaron con sólo contemplarte. El barrio se hizo tosco cuando recibió tus pasos. Una pálida vidente me dijo que el abandono regía el simulacro de mis días.
La vidente atravesó la calle arrastrando un ruidoso sonajero de plata. Desprecié sus augurios pues nunca he estado más acompañada desde que habito tu imagen. Camino como si no caminara, vivo como si la vida no me perteneciera. La vidente actúo con la mala fe de tus adoradoras pues quiso convencerme de que la imagen que tengo es la prueba de mi antagonismo a la realidad que te nombra. Me han culpado de cometer siniestros desmanes. Me acusan de intentar detener el curso de tu gloria. Me dicen que me abrumo en la ceguera de un amor que augura la catástrofe (...) La vidente me interceptó en plena calle y pretendió dirigir mis ojos hacia un mundo que odio. El único mundo posible es aquel que comparto contigo. Mi piel pierde su sentido si no la califica tu mano ¿Qué podría hacer en una casa vacía? Cuando tu te negaste a formar parte de mi vista, el instante en que te perdiste entre la perniciosa bruma, cuando dejaste de lado las constantes promesas, algo se trizó en el compacto universo (...) ¿Cuál fue el instante que escogiste para traicionarme?
Ah, la traición. La noticia me llegó una tarde pacífica. Mi anillo cayó al piso dejándome un dedo sangrante. La herida que me provocó el anillo fue menor que la carga de la burla. La traición se hace cósmica por el sarcasmo y la cólera (...) Quizás ya no estés en ninguna parte. Pienso que desapareciste en el confín del mundo, ensimismado en tu costumbre por aborrecer (...)
Me he entregado totalmente a la alquimia esperando materializar tu forma. Después de hablar contigo, encuclillada toda la noche, estoy segura de que respiro más lento. Si respiro más lento es que conseguí que compartieras mis hálito (...)"


                                                                                         Dialmela Eltit. El infarto del alma.*



*Dialmela habla por mí hasta tanto encuentre un nuevo repertorio para escribirte, definirte.

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